Me demoré en escribirles porque son fechas muy especiales. Decidí cambiar el formato y escribirles una carta, espero les sirva y los ayude a mirar las cosas en perspectiva.
Este mes, con la llegada de un nuevo Open, se cumplen 10 años desde que se lanzó este formato como primera etapa clasificatoria a los CrossFit Games. Y coincide con que, también hace 10 años, yo arrancaba a entrenar CrossFit. Para mi es un orgullo decir que participé de TODOS los Open de CrossFit.
Por insistencia de una amiga que empezó a trabajar de recepcionista en Tuluka (mucho antes de ser lo que es hoy, incluso antes de llamarse CrossFit Tuluka) fui a probar una clase. Yo trabajaba manejando un remise y entrenaba capoeira, pero quise saber de qué era ese entrenamiento nuevo. El lugar se encontraba en un primer piso por escalera en Villa Urquiza, y mi primer clase se trataba de un personalizado donde me explicaban algunos conceptos esenciales y terminaba con un wod.
Hicimos un «de 10 a 1» de medball clean y burpees.
Cuando me fui, bajé las escaleras agarrado del pasamanos, porque me caía. No entendía qué estaba pasando. Se suponía que tenia piernas fuertes, pero no podía controlar el temblor. Fue amor al primer sufrimiento, nunca más pude parar.
Empezaron a llegar capacitaciones y yo cada vez me interesaba más. Tomé un seminario de kettlebells dictado por Marcus Martínez y la llama se seguía alimentando.
Cada vez más gente empezaba a entrenar y el lugar ya quedaba chico, así que hubo que mudarse. Con este cambio llegó la primera encrucijada: me ofrecieron ser Coach.
Para ponerlos un poco en contexto, y no aburrirlos demasiado, en ese momento mi trabajo era la única fuente de ingreso de mi familia, y con un bebé recién nacido la cosa no era nada fácil, además, lo que me ofrecían económicamente alcanzaba justo para solventar los gastos. Así que tuve que tomar una decisión: o me endeudaba para comprar un auto nuevo y trabajar mejor, o empezaba a dar clases. Me incliné por la segunda opción, jugándome todo por el todo.
Algunas semanas después, las cosas se acomodaron un poco más, así que esa preocupación ya no estaba y pude disfrutar de lo que hacía. Se abrieron sucursales nuevas y empezaron a dictar los cursos de Level 1 muy seguido. Gracias a esto tuve mucho contacto con la gente que venía a dar los seminarios, y, por haber vivido en Canadá, hablábamos mucho en inglés.
Esto me llevó a mi segunda encrucijada: me ofrecieron traducir los seminarios!
Inmediatamente dije que si, pero la verdad es que estaba aterrorizado! Nunca había hecho nada de eso y traducir lo que estas personas tan importantes dictaban, era una responsabilidad TREMENDA!

El día del seminario llegó y recuerdo que llegué al box 2 horas antes del horario que me habían indicado. Necesitaba estar solo y tranquilo, mientras seguía leyendo la guía del Level 1 en español y en inglés, una al lado de la otra, frase por frase para compararlas.
Cuando un taxi paró en la puerta y vi 5 remeras rojas bajándose, lo único que quería era salir corriendo al baño, escaparme por un techo, no estar ahí. Pero me quedé, claro, y todo salió muy bien.
Tan bien que después de muchos seminarios ayudando como traductor, me preguntaron si me animaba a aplicar para ser puesto a prueba y ser parte del Staff. Lo hice, lo aprobé y me convertí en el primer argentino en ser parte del Seminar Staff de HQ, un puesto que es un privilegio a nivel mundial.
Al ser parte del Seminar Staff, uno de los tanto privilegios que tenemos es que cada 2 años todos los entrenadores de HQ nos reunimos para mejorar y pulir nuestras habilidades durante 2 días, en lo que se llama “Trainers Summit”. Por un problema administrativo, mi visa para viajar a USA fue negada y no pude viajar, por lo que me perdí este importante evento.

Y esto me llevó a mi tercer encrucijada: sigo insistiendo con la visa a pesar que siempre me la niegan?
Hace 7 años que trabajo como Seminar Staff y, durante 6, mi visa siempre fue negada (una historia larga, es para contar otro día). Este último año, me dijeron que si, y pude viajar y tener una de las experiencias mas enriquecedoras de mi profesión: el Summit.
Ahora bien, se pueden estar preguntando a esta altura qué tiene que ver todo esto con ustedes, con este mail, no?
Volviendo a esa primera encrucijada, hoy, 10 años después, puedo ver todos los puntos conectados. Puedo ver cómo un simple método de entrenamiento cambió mi vida (y la de los que me rodean) por completo.
Si yo no me hubiera decidido por dar clases, probablemente hoy seguiría manejando un auto como forma de vida (lo cual no es algo malo, simplemente no es lo que YO quería) con muy poca actividad física y probablemente comiendo cualquier cosa.
CrossFit me ayudó a entender el verdadero concepto de salud y que la nutrición es la base de todo, que mis hijos y mi familia tienen que saber todo esto, porque quiero que estén sanos y saludables!
Si no me hubiera animado a traducir en los seminarios, no sé si hubiera tenido la oportunidad de ser parte del Seminar Staff, y por más que ame dar clases, no habría podido llegar a tantas personas y ayudarlos a entender lo bueno de todo esto.
Trabajar en los seminarios de CrossFit me ayudó (y sigue ayudando) a mejorar como persona y como entrenador.
Si hubiera dejado de insistir por la visa, no hubiese podido experimentar el Summit y no hubiera tenido la oportunidad de aprender de tantas personas extraordinarias.

Porqué me pongo a escribir sobre todo esto?
Porque anotarme al Open y darme cuenta que ya son 10 años, me llevó a tomar conciencia del cambio en mi vida y a estar humildemente agradecido de las desiciones que tomé.
A veces escucho que la gente no quiere anotarse al Open porque “para qué si todos hacen trampa” ó “ni loco, hay cosas que no puedo hacer” ó “prefiero ahorrarme la plata”.
El Open no se trata de nada de eso, no se trata de ganarle al otro, no se trata de ser el mejor.
Trata de ganarse a uno mismo, de ir mejorando año a año y de seguir trabajando duro. Cuando miramos atrás, y nos vemos anotados en el Open, vemos los resultados, recordamos las cosas que nos costaron, nos refleja de dónde venimos, de todo lo que avanzamos y de todo lo que nos falta.
El Open es para ganarse a uno mismo, para afrontar miedos y superarlos.
Quienes se tienen que anotar al Open? TODOS.
A mi me ayuda a refrescar la memoria y tener presente cosas importantes que fui aprendiendo:
Cuando tengas que tomar una decisión, que sea la que te apasiona.
Cuando tengas que enfrentarte a cosas nuevas, que el miedo no te frene. Todo lo que querés está del otro lado del miedo.
Cuando algo se te niega, no te quedes quieto, si es algo que querés, tener que ir a buscarlo las veces que sea necesario, porque nadie te lo va a hacer por vos.
Así como Michelangelo sacó los pedazos de piedra que estaban de más para poder mostrar el David, mirar para atrás me ayuda a ver las cosas que tengo de más para poder mostrar la persona que quiero ser. El Open me hizo dar cuenta de todo esto, y lleva a preguntarme qué pasará en los próximos 10 años… Me sirve a enfocarme en qué tengo que mejorar, para pensar un plan y ponerlo en acción. Para moldear el futuro «yo» que quiero ser, sacando las cosas que no me sirven o que me alejan de ese camino.
Usando 3 simples pasos para guiarme:
1) Quién quiero ser?
Una linea de llegada, una meta, un objetivo.
2) Qué tengo que EMPEZAR a hacer para llegar ahí?
Qué tengo que DEJAR de hacer para llegar ahí?
Qué tengo que SEGUIR haciendo para llegar ahí?
3) Poner a prueba el plan, con una acción por día que ayude a ir “moldeando el David”
Es un ciclo que nunca termina, que constantemente nos fuerza a mejorar aunque la mayoría de las veces nos ponga incómodos… Pero hay alguna otra manera de mejorar?
Espero que los ayude, que los inspire.
A mi me salvó la vida.
PABLO